viernes, 17 de abril de 2015

PRIMEROS AUXILIOS



1.    DEFINICIÓN Y OBJETIVOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS

Se entienden por primeros auxilios, los cuidados inmediatos, adecuados y provisionales prestados a las personas accidentadas o con enfermedad antes de ser atendidos en un centro asistencial. Dichos cuidados se realizan en el mismo lugar donde se encuentra el paciente o la persona accidentada, con material unas veces improvisado (si nos encontramos ante una situación no previsible de carácter urgente), y otras con material adecuado disponible en nuestra unidad móvil (de SVB o SVA), Centro Sanitario, o en el botiquín de campaña, hasta la llegada de personal especializado.
 
De esta primera actuación depende en muchos casos el estado general y posterior evolución del paciente.
OBJETIVOS
-    Asegurar el mantenimiento de las constantes vitales: Conservar la vida.
-    No agravar el estado general de la víctima o las lesiones que pueda presentar.
-          Una buena asistencia inicial ayudará a la recuperación tanto física como psicológica.
-          Asegurar el traslado de los accidentados en las mejores condiciones posibles a un centro sanitario.
-           
2.    CONCEPTO DE URGENCIA Y EMERGENCIA
            Se define como urgencia cualquier situación que a criterio del enfermo, sus familiares u otra persona que asuma la responsabilidad de trasladarlo al hospital, requiere intervención médica inmediata.
Se define como  emergencia a toda urgencia en la que existe una situación de muerte potencial para el individuo si no se actúa de forma inmediata y adecuada.
Así pues, ante una situación de urgencia deberemos aplicar la asistencia
adecuada con arreglo a la gravedad del paciente:

·         Primeros auxilios emergentes o emergencias: Aplicables en aquellas
situaciones en las que existe peligro vital para la victima o enfermo. Es el caso de una parada cardiorrespiratoria (PCR), hemorragia importante, intoxicaciones o envenenamientos graves, grandes quemados, etc.
·         Primeros auxilios no emergentes: Aplicables en aquellas situaciones en
las que no existe peligro inmediato para la vida. Por ejemplo una fractura
en un brazo, un esguince, un dolor abdominal, etc.

3.    PRINCIPIOS GENERALES EN LA ACTUACIÓN DE PRIMEROS AUXILIOS:

Hay que evaluar la situación rápidamente, sin precipitarse.  Se debe actuar con dominio de la situación manteniendo la serenidad.
Primeramente tendremos que evaluar la situación rápidamente, sin precipitarse. Si hay testigos, es él (Socorrista), quien toma la iniciativa pidiendo ayuda. Así pues, puede actuar con eficacia e coordinando la situación pudiendo también delegar a presentes que ayuden llamando o ayudando conforme la situación, también evitando actuaciones indebidas de testigos bienintencionados pero incompetentes.
  Proteger: (prevenir la agravación del accidente). Es necesario ante todo retirar al accidentado del peligro sin sucumbir en el intento.
  Alertar: la persona que avisa debe expresarse con claridad y precisión. Decir desde donde llama e indicar exactamente el lugar del accidente.
  Socorrer: hacer una primera evaluación:
  • Comprobar si respirar o sangra.
  • Hablarle para ver si está consciente.
  • Tomar el pulso (mejor en la cariótida), si cree que el corazón no late


3. 1º TRANQUILIDAD

A la hora de abordar una urgencia nuestra actitud debe transmitir tranquilidad,
seguridad y confianza tanto al paciente como al entorno. Ello no significa que no se deba actuar con prontitud. Frecuentemente los testigos suelen tener miedo, son presa del pánico o están sobreexcitados. Debemos mantener la calma en las situaciones críticas dando muestra de seguridad, conocimientos y dominio de la situación. Evitar siempre enfrentamientos directos, comentarios o críticas que contribuyan a incrementar la crispación y la “tensión en el ambiente”.

3.      HACER UNA COMPOSICIÓN DE LUGAR

En caso de accidente hay que delimitar la situación, comprobar el alcance del
mismo, su repercusión en cuanto al número de víctimas y su gravedad, la existencia de peligros adyacentes (accidentes colaterales, derrumbamientos, intoxicación por gases o humos, etc), así como la forma de prevenirlos y evitarlos.

Si se trata de un accidente con múltiples víctimas (AMV), procederemos a
actuar según unos protocolos de actuación que nos permitirán evaluar “in situ”, aplicar maniobras vitales y evacuar a los heridos al lugar adecuado para su tratamiento. “Recuerda que si no disponemos de personal sanitario en nuestra unidad, deberemos pedir ayuda especializada inmediatamente”.

Si fuera necesario, aleje a los curiosos de la zona donde estemos prestando la
asistencia. Si es necesario pida ayuda a las fuerzas del orden.

    3.   EXAMINAR A LA VICTIMA


Siguiendo un orden protocolizado (A-B-C) y aplicar si fuera necesario en el
mismo lugar del accidente los primeros auxilios que estén indicados. No mover a la víctima salvo en caso de necesidad (RCP, agravamiento de heridas, protegerle de un nuevo accidente). La movilización de los heridos se hará con extrema precaución a ser posible con inmovilización de las fracturas y estabilización de su estado.

Si el paciente está inconsciente pero con respiración espontánea y en ausencia
de lesiones musculoesqueléticas, lo mantendremos a la espera de ser evacuado en la “
Posición Lateral de Seguridad” (PLS).



3.    4º NO HACER MÁS QUE LO INDISPENSABLE

Y lo que proceda en cada caso, siguiendo el orden correcto en cada situación.
Querer hacer demasiadas cosas retrasa otras que pueden ser más necesarias
para el paciente en ese momento.

Si estamos solos con un enfermo grave o ante la víctima/s de un accidente,
nuestra actuación irá encaminada al reconocimiento y valoración de su estado, pedir ayuda, aplicar los primeros auxilios, mantener al paciente en la posición recomendada a su estado (sentado e incorporado en lesión es torácicas, flexión de ambos miembros inferiores si hay lesión abdominal, posición antishock, PLS, etc.) y prepararlo adecuadamente para su traslado. Si el estado del paciente lo permite o no hay más remedio, lo movilizaremos y trasladaremos a un lugar seguro evitando maniobras intempestivas, lo mantendremos lo más confortable posible: evitando el calor excesivo,
aislándolo de la humedad, retirar la ropa mojada y taparlo con una manta si hace frío, etc.
NO daremos beber a la víctima si esta está inconsciente por existir peligro de ahogarla.
NO haremos comentarios sobre el estado del lesionado, especialmente si este está inconsciente.

3.    TRANQUILIZAR A LA VÍCTIMA

El paciente o la víctima en muchas ocasiones tiene miedo y está angustiado.
Hay que hablarle, reconfortarle y levantarle el ánimo. El paciente debe sentirse acompañado y protegido. Debemos ganarnos su confianza y alentarle con cosas positivas como decirle que somos gente preparada para ayudarle, los servicios de urgencia ya han sido alertados y vendrán pronto, etc. Si vamos a realizar alguna maniobra al paciente le informaremos antes de lo que le vamos ha hacer y pedir su colaboración. No debemos dejar que pueda ver sus heridas.

3.    6º NO ABANDONAR NUNCA AL ACCIDENTADO
 
Salvo que sea absolutamente necesario. El estado del paciente o víctima de
accidente puede agravarse en un corto espacio de tiempo, nos mantendremos
junto a el reevaluando periódicamente su estado y aplicando las maniobras que
en un momento dado fueran necesarias.



3.    NORMAS GENERALES DE CONDUCTA ANTE UNA EMERGENCIA

Todo técnico en primeros auxilios en sus actuaciones debe conocer y aplicar siempre y en este orden los siguientes principios básicos:


     4. 1º PROTEGER:

Lo primero, y más importante, es evitar que se produzcan nuevos accidentes o que se agrave la situación de los ya existentes. Para ello será necesario:

a)    Proteger y asegurar el lugar de los hechos mediante:

- Estacionar el vehículo en zona segura.
- Señalizar de forma visible la proximidad de un accidente (luces de
emergencia, intermitentes, triángulo de señalización de peligro, etc).
- Evitar que se fume en las proximidades del accidente.
- Desviar el tráfico de vehículos de esa zona.
- Cortar el fluido eléctrico de las máquinas implicadas.
- Cerrar llaves de paso de gas y airear la habitación en caso de accidente por
escape de gas o tóxicos.
           
     b) Proteger a las personas implicadas de nuevos peligros que puedan sobrevenir, como incendios, explosiones, etc. Salvo en caso de riesgo inminente y cierto que ponga en peligro sus vidas, se evitará moverlos de forma intempestiva sin contar con los recursos adecuados. En caso contrario, los primeros movimientos deben ir dirigidos a crear alrededor de los afectados una “zona segura” mediante los elementos de protección adecuados.
     c) Proteger al personal que deba intervenir en el rescate y la asistencia de los heridos, empezando por uno mismo. Esto implica tanto el uso de indumentaria de alta visibilidad y los medios de protección adecuados (mascarillas, ropa de aislamiento especial, calzado adecuado, etc) cuando sean precisos. Evitar acercarse al lugar si hay probabilidad de resultar afectado por un nuevo incidente, es preferible esperar al personal especializado que provistos medios y equipamiento adecuado podrán abordar con el mínimo
riesgo la situación.

3.    2º ALERTAR
A  los sistemas de emergencia que pueden hacer falta para
solucionar el accidente. Esto implica saber comunicar y solicitar la ayuda necesaria. La persona que alerta o “alertante” tiene que indicar siempre de forma breve y concisa:

- Lugar y localización lo más exacta posible del accidente
- Tipo de accidente o suceso (descripción)
- Nº aproximado de heridos y su estado de gravedad
- Asistencia que puedan estar recibiendo
- Circunstancias y peligros que puedan agravar la situación

Sin olvidar nunca:
-          Identificarnos (datos personales, titulación, grado de conocimientos en
primeros auxilios)
- Nº de teléfono para mantener el contacto con el Centro de Emergencia.
- Cortar comunicación los últimos.

La alerta se realizará al teléfono 112 o al teléfono de emergencias sanitarias
asignado a cada Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU)
sanitarias.  Al pertenecer a personal formado en emergencias se les considera
“ALERTANTE CUALIFICADO”, y solicitarán hablar directamente con el Médico
Coordinador del CICU.

4     3º SOCORRER

.           Una vez tomadas las medidas anteriores puede comenzar la asistencia de los heridos, generalmente mediante un reconocimiento del estado de cada uno de ellos y la solución inmediata de sus problemas vitales cuando existan. Actuaremos de forma rápida pero con calma, estableciendo prioridades, extremando las medidas de precaución, movilizando al paciente solo cuando se disponga de recursos adecuados, personal especializado o sea absolutamente necesario. Revaloraremos periódicamente al paciente;
controlaremos la presión social (disponer de las personas cercanas al suceso y darles alguna responsabilidad). “Recuerda que de una adecuada asistencia inicial depende en muchas ocasiones la evolución posterior del paciente”.

5. LA CADENA DE SUPERVIVENCIA




Se estima que cada año en España se producen más de 60.000 infartos agudos de miocardio (IAM). Antes de tener la posibilidad de recibir una primera asistencia cualificada se ha calculado que fallecen alrededor de 16.000 pacientes (las 2/3 partes de la mortalidad del IAM).
Dado que las posibilidades de sobrevivir a una Parada Cardiorrespiratoria (PCR) dependen de una adecuada y rápida actuación inicial en el lugar donde se produce esta, la puesta en funcionamiento de la "CADENA DE SUPERVIVENCIA" basada en un Sistema Integral de Emergencias es esencial para la atención adecuada a la parada cardiaca, lográndose tasas de supervivencia muy significativas. Se compone de unos eslabones enlazados secuencialmente. "La cadena es tan frágil como lo sea su eslabón más débil". Los eslabones fundamentales de esta cadena de supervivencia son:

1.- El rápido acceso a un Sistema Integral de Emergencias (SIE):
la cadena se activa cuando alguien reconoce la situación de PCR. Para ello es esencial la
preparación tanto de los profesionales intervinientes como de la población en general ya sea en el conocimiento de los signos y síntomas del IAM como de la situación de PCR, así como la mecánica de activación del Sistema Integral de Emergencias. Estos conocimientos se aportan en los cursos de Soporte Vital Básico (SVB). Se simboliza mediante un teléfono (112, 061, 091, etc).
2.- La RCP básica precoz: la iniciación de medidas de RCP deben comenzar lo antes posible tras la parada cardiaca (PC). Multitud de estudios han demostrado cómo las tasas de supervivencia de las PCs descienden si la RCP básica no es iniciada de forma precoz por personal conocedor de estas maniobras.
3.- La Desfibrilación precoz:  ante la fibrilación ventricular que llevará fatalmente a la PCR si no se actúa con prontitud. Se logran los mejores resultados cuando es posible efectuar la primera desfibrilación antes de 90 segundos o al menos antes de 6 minutos. Para lograr una desfibrilación precoz las Asociaciones Internacionales (AHA y ERC) preconizan que el personal de emergencias y no únicamente los médicos, puedan disponer de un desfibrilador; para ello deben estar formados en su uso. Los modernos
desfibriladores automáticos o semiautomáticos han simplificado el aprendizaje 112
y su utilización, hasta el punto que están proliferando y se están ubicando equipos en espacios públicos. En nuestra Comunidad además de las unidades medicalizadas de Soporte Vital Avanzado (SAMU) se han puesto en marcha recientemente nuevas unidades de Soporte Vital Básico (SVB) que incluye desfibrilador semiautomático.


Y su utilización, hasta el punto que están proliferando y se están ubicando equipos en espacios públicos. En nuestra Comunidad además de las unidades medicalizadas de Soporte Vital Avanzado (SAMU) se han puesto en marcha recientemente nuevas unidades de Soporte Vital Básico (SVB) que incluye desfibrilador semiautomático.
4.- El soporte vital avanzado (SVA):

indica la necesidad de completar la estabilización de las funciones vitales y la actuación sobre la causa desencadenante. Los resultados logrados con carácter inmediato con la
desfibrilación precoz se consolidan cuando se asocia antes de 10 minutos el conjunto de técnicas de soporte vital avanzado (SVA). Los Cuidados hospitalarios se deben aplicar a todo paciente superviviente de una PCR. El ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) debe efectuarse directamente.