El estudio liderado por el Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, por iniciativa de los veterinarios Daniel García y José Luis Crespo, dos de los médicos del centro, que demostraba por primera vez el síndrome descompresivo o enfermedad del buceador en tortugas marinas, ha sido recientemente publicado en Diseases of Aquatic Organisms (DAO), una revista líder en su campo y de las más influyentes del panorama científico, que publica el Inter-Research Science Center con sede en Alemania.
La publicación de este descubrimiento en esta prestigiosa revista se suma al
reconocimiento que obtuvo durante su presentación en el 34 Congreso
Internacional de Biología y Conservación de Tortugas Marinas celebrado en abril
en Nueva Orleans donde recibió el Primer Premio de Conservación. La comunidad
científica a pesar de haber realizado múltiples estudios al respecto desde
finales de los años 60, consideraba que este síndrome no podría ocurrir en
vertebrados buceadores, por lo que este descubrimiento supone un cambio de
paradigma importante a la hora de entender mejor la fisiología del buceo de
estos animales.
Otros científicos que han participado en este trabajo, han sido el
Catedrático Antonio Fernández y su equipo del Instituto Universitario de
Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria (ULPGC),
el Dr. Michael Moore del Instituto Oceanogràfico de Woods Hole (WHOI) en
Estados Unidos, y el Dr. Paul Jepson del Instituto Zoológico de la Sociedad
Zoológica de Londres. Desde hace un par de años los técnicos del
Oceanogràfic empezaron a observar que algunas tortugas marinas que ingresaban
en el ARCA del Mar (Centro de Recuperación de fauna marina) para ser
tratadas, después de ser entregadas gracias a la colaboración de los pescadores
tras su captura accidental, presentaban signos compatibles con embolia
gaseosa o síndrome descompresivo. Además de demostrar por primera vez
que un animal marino puede padecer este síndrome, la colaboración entre el
Oceanogràfic, la Conselleria Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente y
los pescadores de las diferentes cofradías de la Comunitat Valenciana, ha
permitido diagnosticar y salvar a múltiples tortugas marinas afectadas mediante
terapia hiperbárica.
Este descubrimiento tiene implicaciones directas para la conservación de las
tortugas a nivel mundial y pone de manifiesto que el impacto de las pesquerías
sobre las poblaciones de tortugas podría ser mayor al estimado hasta ahora, lo
que hace esencial la colaboración de los pescadores para minimizar el impacto
sobre estas especies amenazadas. Así, muchas de las tortugas
recuperadas vivas de los aparejos de pesca podrían morir posteriormente como
consecuencia de la formación de burbujas en sangre al salir a la superficie si
no se les aplica un tratamiento adecuado. En este sentido, a
diferencia de la actual recomendación que prevalece a nivel internacional de
liberar al mar las tortugas vivas capturadas accidentalmente tan pronto sea
posible, el estudio del Oceanogràfic establece las pautas que permiten la
realización de un diagnóstico correcto así como la aplicación del tratamiento
adecuado para su posterior liberación con las máximas garantías de
supervivencia. Además de poder recuperar a los animales heridos o enfermos y
devolverlos de nuevo al mar, este descubrimiento podrá aplicarse a gran escala
por todo el mundo lo que contribuirá a la conservación de estos animales en
clara regresión poblacional dentro del Mediterráneo y con 6 de las 7 especies
conocidas de tortugas marinas en peligro de extinción a nivel mundial.