miércoles, 19 de noviembre de 2014

Enfermedad del buceador en tortugas marinas


El estudio liderado por el Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, por iniciativa de los veterinarios Daniel García y José Luis Crespo, dos de los médicos del centro, que demostraba por primera vez el síndrome descompresivo o enfermedad del buceador en tortugas marinas, ha sido recientemente publicado en Diseases of Aquatic Organisms (DAO), una revista líder en su campo y de las más influyentes del panorama científico, que publica el Inter-Research Science Center con sede en Alemania.

La publicación de este descubrimiento en esta prestigiosa revista se suma al reconocimiento que obtuvo durante su presentación en el 34 Congreso Internacional de Biología y Conservación de Tortugas Marinas celebrado en abril en Nueva Orleans donde recibió el Primer Premio de Conservación. La comunidad científica a pesar de haber realizado múltiples estudios al respecto desde finales de los años 60, consideraba que este síndrome no podría ocurrir en vertebrados buceadores, por lo que este descubrimiento supone un cambio de paradigma importante a la hora de entender mejor la fisiología del buceo de estos animales.
Otros científicos que han participado en este trabajo, han sido el Catedrático Antonio Fernández y su equipo del Instituto Universitario de Sanidad Animal (IUSA) de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), el Dr. Michael Moore del Instituto Oceanogràfico de Woods Hole (WHOI) en Estados Unidos, y el Dr. Paul Jepson del Instituto Zoológico de la Sociedad Zoológica de Londres. Desde hace un par de años los técnicos del Oceanogràfic empezaron a observar que algunas tortugas marinas que ingresaban en el ARCA del Mar (Centro de Recuperación de fauna marina) para ser tratadas, después de ser entregadas gracias a la colaboración de los pescadores tras su captura accidental, presentaban signos compatibles con embolia gaseosa o síndrome descompresivo. Además de demostrar por primera vez que un animal marino puede padecer este síndrome, la colaboración entre el Oceanogràfic, la Conselleria Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente y los pescadores de las diferentes cofradías de la Comunitat Valenciana, ha permitido diagnosticar y salvar a múltiples tortugas marinas afectadas mediante terapia hiperbárica.

Este descubrimiento tiene implicaciones directas para la conservación de las tortugas a nivel mundial y pone de manifiesto que el impacto de las pesquerías sobre las poblaciones de tortugas podría ser mayor al estimado hasta ahora, lo que hace esencial la colaboración de los pescadores para minimizar el impacto sobre estas especies amenazadas. Así, muchas de las tortugas recuperadas vivas de los aparejos de pesca podrían morir posteriormente como consecuencia de la formación de burbujas en sangre al salir a la superficie si no se les aplica un tratamiento adecuado. En este sentido, a diferencia de la actual recomendación que prevalece a nivel internacional de liberar al mar las tortugas vivas capturadas accidentalmente tan pronto sea posible, el estudio del Oceanogràfic establece las pautas que permiten la realización de un diagnóstico correcto así como la aplicación del tratamiento adecuado para su posterior liberación con las máximas garantías de supervivencia. Además de poder recuperar a los animales heridos o enfermos y devolverlos de nuevo al mar, este descubrimiento podrá aplicarse a gran escala por todo el mundo lo que contribuirá a la conservación de estos animales en clara regresión poblacional dentro del Mediterráneo y con 6 de las 7 especies conocidas de tortugas marinas en peligro de extinción a nivel mundial.