jueves, 13 de octubre de 2016

Oído X Buceo



             Muchas personas ni siquiera intentan hacer un bautismo de buceo, cuando le preguntamos nos responden   que tienen problema de oído alegando que cuando están en la piscina e intentan sumergirse les duelo y por este motivo   no podrían bucear.


            Naturalmente la mayor parte no saben que existen técnicas avanzadas con la que cualquier persona puede   equilibrar con facilidad la presión de los oídos, igualando el oído medio con la presión ambiente. Permitiendo así     descender sin sentir ningún incomodo en los oídos.

            Nunca digo nunca se debe continuar con un descenso si estas sintiendo algún incomodo o dolor de oído, pero eso  no es motivo para renunciar a tu inmersión tan deseada. Si no consigues descender, pará y activa una de las técnicas.


            Puedes empezar compensando en la superficie esto ayuda a la mayoría de los principiantes y buceadores, muy importante es no forzar, esta práctica debe ser ejecutada muy suavemente sin forzar, también se recomienda    mascar chicle.

            Tambien puedes tensar los músculos del paladar blando y la garganta mientras empuja la mandíbula hacia   adelante y hacia abajo como si comenzara a bostezar.

            EN EL DESCENSO



            En el descenso aumenta la presión ambiental directamente proporcional con la profundidad y por Ley de Boyle- Mariotte ocasiona una disminución del volumen de aire en el oído medio que lleva al cierre de la porción         nasofaríngea de la Trompa de Eustaquio, debido no sólo al aumento de la presión en la nasofaringe, sino también  a la aspiración provocada por la depresión endotimpánica. De ahí que se hace necesario hacer maniobras de   ompensación para poder abrir las trompas y de esta forma equilibrar la diferencia de presiones.

            Si no se compensa, la membrana timpánica se deforma hacia adentro, produciendo una sensación de   taponamiento primero y un dolor vivo al cabo de unos segundos, que de no resolverse podría llevar a una       perforación o rotura timpánica; es decir, un Barotrauma timpánico implosivo.

            Esto se puede producir, desde los primeros metros de profundidad, donde como sabemos, son precisamente mayores los cambios proporcionales de presión. Basta haber descendido simplemente a tres metros para estar expuesto a este riesgo.


            Para que la maniobra sea eficaz y no traumática, no debemos esperar a que los oídos nos duelan o molesten para empezar a usar las técnicas de apertura, sino que nada más abandonar la superficie, ya debemos compensar y no dejar de hacerlo hasta llegar al fondo, sobre todo durante nuestras primeras inmersiones. Lograda adecuadamente, vemos cómo el tímpano recupera su tensión y morfología normales, apreciándose un            tranquilizador silbido (cómo un chasquido).

            Con menor frecuencia y con Trompa de Eustaquio normofuncional, puede sufrirse un Barotrauma cuando el  conducto auditivo externo tenga una obstrucción (Ej. tapón de cerumen, tapones de goma). En este caso, existe   una cavidad aislada del exterior y al aumentar la presión ambiental, lo hace también el oído medio por         equilibración a través de la trompa; por tanto, la cavidad aislada se negativizará con respecto a la caja       timpánica. Esta depresión origina una succión de la membrana hacia el exterior, pudiendo ocurrir este tipo de       lesión, si la depresión es intensa y prolongada en el tiempo.

         EN EL ASCENSO 


            En el ascenso, disminuye la presión ambiental, pero la misma disminución externa, provoca la apertura de la trompa, a través del ostium tubárico, y el exceso de aire en el oído medio es drenado pasivamente a través de la Trompa de Eustaquio. Generalmente no se precisa realizar ninguna técnica de compensación.

            Si por cualquier causa, se obstruye la trompa, el oído medio tendrá una presión positiva con respecto a la presión  en el exterior que va disminuyendo al ascender el buzo, y este puede sufrir un Barotrauma timpánico explosivo  (rotura de la membrana timpánica hacia el conducto auditivo externo). 

Técnicas para Compensar los oídos



Maniobra de Valsalva
Se trata de la maniobra más utilizada, y  fácil de hacer. Si espiramos con la nariz pinzada y la boca cerrada, forzamos que entre aire en el oído medio a través de la trompa,  con ello, igualamos las presiones. 
La maniobra de Valsalva debe efectuarse desde el primer momento en que se inicia el descenso, y tantas veces como se requiera, sin que en ningún momento debamos esperar a sentir molestias y ni mucho menos, dolor. Si en algún momento sentimos molestias, debemos ascender un par de metros hasta que éstas desaparezcan e intentar entonces la compensación. Es mejor no forzar la maniobra mientras experimentamos molestias, ya que podríamos lesionar el oído. En ocasiones comprobaremos como uno de los oídos nos compensa antes que el otro, lo cual nos puede hacer experimentar un leve mareo que es debido precisamente a esa diferencia momentánea de compensación entre los dos oídos. 
La parte delicada de esta maniobra está en su propia concepción, ya que al tener que soplar con cierta fuerza para introducir aire a través de la trompa, en caso de esfuerzo prolongado podemos sufrir diversos trastornos, como puede ser, por ejemplo,  la rotura de la ventana redonda al intentar forzar una compensación encontrándose la trompa congestionada, o una infección en el oído medio a serle introducido mucosidad debido a los esfuerzos. 
Un aspecto muy importante es que nunca hemos de efectuar esta maniobra ni ninguna otra que sea de presurización mientras ascendemos, ya que en ese momento lo que nuestros oídos necesitan es precisamente reducir presión.
         Maniobra de Frenzel
            Esta maniobra consiste en cerrar las cuerdas vocales, efectuar una inspiración y tratar entonces, con la nariz pinzada, de forzar la pronunciación de una «K» o un "GU» gutural. Durante la maniobra se eleva el dorso del tercio posterior de la lengua contra el paladar, a la vez que la nuez de Adán se eleva y vuelve a descender. Para entrenarse con esta maniobra, se puede practicar frente a un espejo para comprobar su correcta ejecución, el fuerzo de presurización puede verse en las partes blandas de la nariz, a la vez que comprobamos como la nuez sube y baja. 
            Maniobra de Toynbee
            Esta  técnica consiste en pinzar la nariz y a continuación simular el movimiento que hacemos al tragar. En realidad, se trata más bien de una maniobra de despresurización, ya que con ella se consigue extraer aire del oído medio, por lo que es especialmente útil en las ocasiones (muy excepcionales generalmente) en que experimentemos problemas de compensación durante el ascenso. Por lo tanto, no recomendamos esta técnica para compensar durante el descenso.

            MANIOBRA DE ROYDHOUSE
            Noel Roydhouse es un especialista en medicina deportiva de Nueva Zelanda que ha escrito libros muy    interesantes sobre el buceo. Describe una técnica similar a la anterior, pero explica mejor como contraer los           músculos posteriores de la garganta. Se comienza aprendiendo a contraer el elevador palatino y el tensor palatino,    estos levantan el arco del paladar blando hacia la úvula. Para su enseñanza se aconseja ponerse delante de un      espejo con la boca abierta comprobando como sube la úvula al contraer los músculos palatinos, cuando se           consigue ya está lograda la mitad de la técnica. La segunda parte de la técnica consiste en tensar los músculos de la lengua sintiendo el chasquido de apertura tubárica. Para hacer más efectiva la maniobra se puede echar la            mandíbula un poco hacía atrás, como cuando se quiere expulsar el humo de un cigarrillo haciendo aros.
         MANIOBRA DE EDMONDS
            Carl Edmonds es un autor australiano contemporáneo sobre temas de buceo. Describe una técnica de presurización que combina una maniobra de Valsalva o de Frenzel, que para hacerla más efectiva en la apertura      tubárica, aconseja que a la vez se empuje hacia atrás la mandíbula, mientras se flexiona un poco la cabeza.

         TÉCNICA DE LOWRY
            Técnica que combina una maniobra de presurización con otra de ecualización, la deglución. Su ejecución requiere realizar de forma coordinada una maniobra de presurización en rinofaringe, mientras se tapa la nariz con los  dedos, y una deglución al mismo tiempo.
         EL TIRÓN
            Consiste en crear una moderada hiperpresión en la rinofaringe mediante el cierre de las narinas con los dedos, como si se tratase de una maniobra de Valsalva o Frenzel. En ese momento se traga y rápidamente se realiza una inclinación de la cabeza hacia un lado. La tensión creada en los músculos de la garganta hace que esta maniobra sea efectiva. 

         gimnasia para la trompa de eustaquio
            Para complementarlo, este texto es imprescindible, sobre todo para aquellos que tengan alguna dificultad a la hora de compensar.
            Personalmente he tenido dificultades enormes para compensar los oidos al principio de mi formación de      submarinista. Me era imposible bajar más allá de -3m en apnea. Hasta el día en que un maestro (monitor) del club   me dio una lista de ejercicios destinados a desarrollar la capacidad de abrir voluntariamente las trompas de       Eustaquio. Un mes después de haber comenzado esta gimnasia, efectuaba una apnea a -20m. Sin comentarios...

            He aquí pues una serie de ejercicios de entrenamiento para la apertura tubárica voluntaria. Es el método más dulce para compensar.

            * Quitarse los collares y todo lo que oprima el cuello.
            * Enderezar la cabeza más bien que bajarla.
            * Sujetar el hueso hioides con una mano sin apretar demasiado fuerte y ponerse delante de un espejo con el fin de ver la nuez, o tener un espejo en la otra mano (NDLR: El hueso hioides, es el pequeño hueso que está por encima de la nuez).
            * Los ejercicios tienen que hacerse preferentemente por la mañana al despertar, en ayunas; observar un descanso de 5 segundos entre los ejercicios.
            * La duración de esta gimnasia es de 1 mes, dividida en 4 períodos de una semana.
            Ejercicios de la primera semana:

            Hacer durante una semana, cada mañana en ayunas, estos ejercicios tres veces, lentamente, observando entre cada ejercicio un descanso de 5 segundos.
            A. Ejercicios con la lengua
            1. Con la boca muy abierta, sacar la lengua hacia delante como si quisieramos tocar, con la punta de la lengua, el  mentón. Después, siempre con la boca muy abierta, meter la lengua lo mas atrás dejando la punta de la lengua sobre el suelo de la boca. Empujar para atrás y abajo la base de la lengua. Controlar el descenso del hueso hioides que entonces debe ser máximo, así como observar la nuez en el espejo.

            2. Con la boca muy abierta, poner la punta de la lengua detrás de los incisivos superiores y, con la punta de la  lengua, rascar el paladar hacia atrás, tratando de tocar la úvula (campanilla).

            3. Con la boca muy abierta, apoyar la punta de la lengua contra los incisivos inferiores, sacar al máximo la lengua de la boca, siempre con la punta de la lengua aplicada contra los incisivos inferiores.
            B. Ejercicios con el velo del paladar
            Con la boca muy abierta, lengua en reposo en la boca, practicar un movimiento de deglución parandose en el   momento de la contracción del velo (paladar blando). Controlar el descenso del hueso hioides. Este ejercicio, el           más importante, estará conseguido cuando el principio de la deglución provoque una náusea.
            C. Ejercicios combinados con movimientos de la lengua y del velo del paladar
            Con la boca muy abierta, la punta de la lengua apoyada contra los incisivos inferiores, empujando la base de la lengua hacia abajo y atrás, practicar un movimiento incompleto de deglución, parándose en la fase de la       contracción del velo. Control de la eficacia de este ejercicio. El hueso hioides, descendido por el empuje hacia abajo    y atrás de la base de la lengua; debe descender todavía más por el movimiento incompleto de deglución, detenido    en el momento de la contracción del velo.
         Ejercicios de la segunda semana:

            A los ejercicios A, B, y C, añadir:

            D. Ejercicios mandibulo - linguo - vélicos
            Boca mediocerrada, mandíbula inferior proyectada adelante, la extremidad de la lengua reposando contra los incisivos inferiores, la lengua sacada lo máximo posible fuera de la boca, hacer un movimiento incompleto de deglución, detenido en el momento de la contracción del velo.
            E. Ejercicios boca cerrada
            Con la boca cerrada, practicar los ejercicios B, C, y D insistiendo muy particularmente en el ejercicio B.
            Ejercicios de la tercera semana:
            Practicar todos los ejercicios, pero con un ritmo rápido particularmente insistiendo en el ejercicio B, con la boca cerrada.
            Ejercicios de la cuarta semana:
            Hacer los mismos ejercicios, pero con la boca cerrada para A, B, C y D aumentando el número de ejercicios del  grupo E, con boca cerrada:
            * 5 veces los ejercicios C, D y E
            * 10 veces el ejercicio B.
            Control de la eficacia

            Practicar 2 veces a la semana la maniobra de Valsalva (Soplar fuertemente con la boca cerrada y nariz apretada). Luego efectuar el ejercicio B, con la boca cerrada, y apreciar el número de contracciones del velo necesarias para eliminar la sensación de plenitud de la oreja.


Importante
No bucear nunca si se está resfriado o se experimenta alergia.
Descender lentamente y con precaución los diez primeros metros anticipándose a las molestias con las preceptivas maniobras de compensación. Al primer síntoma de molestia debemos detenernos inmediatamente y ascender un poco para reintentar la compensación. Si no es posible compensar no hay que dudar en abandonar la inmersión para evitar problemas.
Jamás usar bajo ningún concepto tapones para los oídos.
Evitar el uso de descongestionantes para los oídos, ya que si bien nos pueden permitir compensar para descender, es posible que su efecto pueda remitir y experimentemos problemas durante el ascenso.
Practicar una compensación de los oídos en los momentos previos a la inmersión.
Hay que procurar mantener el oído mojado y en contacto con el agua a presión ambiente, evitando capuchas excesivamente ajustadas que produzcan diferencias de presión ya en el oído externo.
La permeabilidad de la trompa varía según cada cual, e incluso en una misma persona, de un día para otro; por eso, cada buzo debe realizar la maniobra de compensación que le sea más efectiva en un momento dado y no hay que desanimarse si inicialmente no compensamos con facilidad. Cómo otras muchas cosas, tanto en el buceo cómo en el transitar por la Vida, siempre se  requiere de conocimientos; experiencia y sentido común; para saber cuando seguir o cuando parar una acción, que nos pueda causar problemas a nuestra integridad personal.