martes, 13 de enero de 2015

El mítico metal Oricalco de la Atlántida, es hallado en un naufragio



Resplandecientes piezas de un metal conocido como oricalco, que según los antiguos griegos provenía de la mismísima Atlántida, han sido recuperadas de un barco hundido hace más de 2 mil 600 años en la costa sur de Sicilia.
 
La embarcación que llevaba el precioso cargamento habría sido devorada por las fuerzas de Poseidón cuando se encontraba próxima a entrar en el puerto de Gela. 

«El naufragio data de la primera mitad del siglo VI», declaró Sebastiano Tusa, de la Superintendencia del Mar en Sicilia. «Fue encontrado a 300 metros de la costa a poco más de 3 metros de profundidad». 

Los buzos recuperaron un total de 39 lingotes que yacían dentro del barco semienterrados en la arena. «No se ha descubierto nada similar, sabíamos de la existencia del oricalco gracias a los textos antiguos y unos pocos objetos ornamentales», expresó entusiasmado Tusa.

Tesoro atlante

            El metal legendario es mencionado en escritos antiguos siendo los más significativos los textos de Platón sobre la Atlántida. Según estos escritos este metal sería el segundo más valioso y era extraído en muchas parte de la Atlántida, la cual brillaba gracias «al resplandor rojizo del oricalco». La palabra oricalco significa «cobre de montaña» y deriva del griego. En la mitología griega, el creador del maravilloso metal fue Cadmo, el rey de una tribu de Canaán, a quién se atribuye la introducción del alfabeto en Grecia, al igual que la del arado, la fundición de metales y la agricultura.
 
En la mitología griega, el creador del maravilloso metal fue Cadmo, el rey de una tribu de Canaán, a quién se atribuye la introducción del alfabeto en Grecia, al igual que la del arado, la fundición de metales y la agricultura.

            Según estudios de muchos especialistas en metales e historiadores de la minería, el oricalco u orichalcum no es más que una aleación de cobre, zinc y plomo, muy probablemente el conocido como latón dorado. Sin embargo, la referencia dada por Platón en Critias elimina la posibilidad de que sea una aleación de metales, ya que «se le extraía de la tierra en muchos lugares de la isla» (Critias, 114). A la vista de esta descripción algunos arqueólogos han pensado que el oricalco no era más que el ámbar: precisamente durante la Edad de Bronce final (s. XII-X a.C.) el ámbar era uno de los principales productos que, desde la Península de Jutlandia, los navíos de Tartessos exportaban a todo el Mediterráneo junto con el estaño, el bronce y la plata.

           El investigador británico James Allen, quien propone la teoría de ubicar la Atlántida en el Altiplano andino, establece que el oricalco corresponde a la aleación natural de oro y cobre que existe en forma única y abundante en esa región (minas en Urukilia, muy cerca de Pampa Aullagas), de la cual hay hecha gran cantidad de artesanía rescatada por la arqueología.

Los lingotes encontrados


           Al ser analizados mediante fluorescencia de rayos-X, los 39 lingotes resultaron ser una aleación hecha en un 75-80 por ciento de cobre, 15-20 por ciento de zinc, y pequeños porcentajes de níquel, plomo y hierro.

          «El hallazgo confirma que un siglo después de su fundación en el 689 a.C., Gela creció para convertirse en una ciudad opulenta con talleres de artesanos especializados en la producción de artefactos preciosos», señaló Tusa. Los 39 lingotes recuperados del naufragio estaban, de hecho, destinados a estos talleres donde serían utilizados para decoraciones de alta calidad.

          Cualquiera sea el origen y naturaleza del oricalco, el equipo de Tusa tiene planes para hacer excavaciones en el naufragio y traer a la superficie todo el cargamento. ¿Descubrirán más tesoros legendarios?