Nos podéis llamar pesados por lo mucho que lo hemos comentado anteriormente:
el buceo es un deporte de equipo. Para poder bucear necesitas
a otros, normalmente con uno más basta. Igual que no puedes jugar al tenis
solo, y mucho menos a cualquier deporte competitivo de equipo donde además
necesitas un contrario, en el buceo hay que formar un equipo.
Cualquiera que haya practicado un deporte competitivo sabe que ese compañero de
equipo y contrario necesita que cumpla unos requisitos para que puedas exprimir
al máximo ese deporte, para que puedas disfrutarlo de verdad e incluso para que
puedas aprender más de ese deporte. Eso mismo pasa con el buceo, disfrutarás
más del océano si cuentas con el compañero de buceo adecuado. Pero hay
mucho más.
¿Por qué es importante tener un buen compañero de buceo?
La razón principal de contar con un buen compañero es que puede darse el
caso de que necesites que salve tu vida. Parece una buena
razón ¿no? Es cierto que si quieres ser un buen buceador has de prepararte para
socorrerte a ti mismo, pero pueden ocurrir situaciones de peligro donde
necesites su ayuda. No necesitas un compañero que no comprueba tu equipo o que
ni siquiera comprueba correctamente el suyo. Tampoco aquel que se aleja de ti
más de 5 metros o te pierde de vista. Tu compañero puede salvarte la vida,
elige uno en quien confíes y que creas que puede ayudarte si
llega el momento.
Otro aspecto que ayuda a la práctica del buceo es contar con un
compañero que conozca tus rituales y manías. Te perdonará (y se habrá
preparado) si eres de los que llegas tarde, se te olvidan los escarpines,
tardas más en vestirte o dedicas un siglo a compensar. Si tu compañero es un
buen compañero y te conoce, no tendrás que explicarle en todo momento lo que
vas a hacer, cuáles son los siguientes pasos y cuándo por fin os meteréis en el
agua. Tener un compañero al que conoces y te conoce relaja el ambiente,
te permite prepararte con tranquilidad, sin prisas y meterte al agua en
perfectas condiciones.
¿Cómo debe ser un buen compañero de buceo?
No es necesario que tu compañero de buceo sea siempre el mismo, aunque es
altamente recomendable. Para algunos es su pareja, su mejor amigo o un
familiar. Lo que debes valorar en un compañero de buceo es, principalmente, que
se tome la seguridad muy en serio. Ya lo hemos dicho antes, puedes
necesitarle para que te salve la vida. Debes ser un buceador con el que
compartas las señas de buceo, que se meta en el agua en
perfectas condiciones físicas y que sepa seguir todos los procedimientos si hay
un accidente. Por su puesto esto es recíproco, así deberías ser tú
si quieres ser un buen compañero de buceo. Todo ello os dará a ambos mayor
confianza y tranquilidad cada vez que os metáis en el agua.
Otra característica importante es que sepáis comunicaros bajo el
agua pero también fuera de ella. Yo he buceado con una pareja que
literalmente habla bajo el agua y se entienden perfectamente. Es difícil llegar
a ese punto y son necesarias muchas inmersiones, pero es importante que
los buenos compañeros se entiendan siempre.
Un aspecto que también influye en que tengas buenas inmersiones con tu
compañero buceo es que ambos planeeis las inmersiones para adecuarlas a
las capacidades del buceador de menor nivel. No hace falta que tengáis
exactamente el mismo título ni el mismo número de inmersiones, pero sí que
ambos sepais que podéis realizar el mismo tipo de buceo, ya sea entrar en una
cueva, penetrar en un pecio, realizar inmersiones nocturnas o bajar hasta
determinada profundidad. Evitará posibles conflictos cuando os vayáis a un
viaje al Mar Rojo, por ejemplo, y uno de los dos no pueda adentrarse en
determinado pecio.
¿Y si no tengo compañero de buceo habitual?
Hay ocasiones en las que no tenemos compañero de buceo o nuestro compañero
de siempre no puede bucear con nosotros en esa ocasión. Normalmente iremos a un
centro de buceo o club y el divemaster nos juntará con
otro compañero con, supuestamente, similares características. Primero, no
confíes en la magia del divemaster y su capacidad
para saber exactamente cuándo realizasteis ambos la última inmersión, cómo
estáis físicamente o en qué estado está el equipo de ambos. No tengas miedo y pregúntale
a ese desconocido todo lo que necesitas saber. Piensa una cosa: puede
que tu vida esté en sus manos o que seas tú el que en lugar de bucear se
convierta en un salvavidas. ¿No crees que deberías saber algunas cosas
importantes?
1. ¿Qué experiencia tienes?
Deberías averiguar cuántas inmersiones ha realizado, qué titulación tiene,
hasta qué profundidad quiere y puede llegar y cuándo fue su última inmersión. Si
tiene 200 inmersiones pero hace tres años que no bucea es muy posible que se
comporte como si tuviese 20, tenlo en cuenta.
2. ¿Has buceado en condiciones como las de hoy?
Podremos estar alerta por si hay problemas a la entrada y salida si hay
mucho oleaje, habrá que estar pendiente si hay corrientes y nunca ha buceado en
esas condiciones. Recuerda que si la visibilidad es baja no os separaréis más
de 2 metros.
3. ¿Has revisado tu equipo últimamente?
Cuando bucees con alguien que acabas de conocer estudia con especial
cuidado su equipo de buceo y pregunta cuándo revisó el regulador por
última vez y asegúrate de que funciona. Recuerda, igual necesitas
utilizar su octopus. ¿Lleva cuchillo de buceo? Igual necesitas
que lo saque. ¿Lleva consigo algún elemento sonoro? ¿Cómo te va a avisar si hay
problemas?
4. ¿Cómo nos comunicamos?
Dedícale un rato a poner en común las señas de buceo,
certifica que se la sabe y que no vais a tener problemas de comunicación bajo
el agua.
Por último, y esto es más delicado, es averiguar cuál
es su estado físico. Si dudas de que haya podido dormir poco o de
que haya bebido, directamente búscate otro compañero o no bucees.
Díselo lo más educadamente que puedas al divemaster.
Mejor no bucear que no disfrutar con la inmersión o ponerte en peligro. Ya bucearás
otro día.
Solemos decir que tener un amigo es tener un tesoro… mucho más
valioso es tener un buen compañero de buceo.