domingo, 15 de enero de 2017

Pánico en el Buceo



Todos los buceadores experimentados o no, habrán experimentado alguna situación de pánico
buceando, conforme los estudios de DAN apuntan a que estas situaciones de panico juegan un papel importante en la mayor pare de los accidentes graves,  incluso los mortales. Se  considera que una quinta parte de los accidentes mortales de buceadores se deben a ataques de pánico... otros apuntan a que hasta el 85%, ocurren por la aparición del pánico durante la inmersión.

Pánico:
·        Período en los que se padece, de una manera súbita, temporal y aislada, un intenso miedo o temor o malestar intenso.

·        Aparece cuando la angustia y el miedo se llevan al límite y el individuo pierde el control sobre sí mismo.

·        Los síntomas son intensos y producen, una secreción masiva de adrenalina provocando taquicardia, hiperventilación pulmonar, temblores o mareos, dificultad para respirar.  


Las situaciones de pánico pueden producirse antes de la inmersión o durante la inmersión tanto con buceadores principiantes o experimentados, los motivos pueden ser cualquier situación conflictiva como no haber dormido bien, sobrepeso, esfuerzo físico, la situación ambiental como corrientes, mala visibilidad, frio, traje muy apretado, ver que su compañero no está cerca, miedo a que se acabe el aire, falta de aire por descuido o fallo, inundación de la máscara, enredos, una situación desconocida, etc.

Debemos tener en cuenta nuestros límites y respetar aquello que aprendimos en nuestro curso respetando nuestro limite de profundidad no aventurarse a lo desconocido sin una preparación adecuada.

Podemos identificar un posible stress o miedo observando antes de la inmersión la conducta del compañero si está inquieto, preocupado, si su respiración esta acelerada, si está preocupado con el equipo, etc.

La mejor manera es hablar con él, tranquilizándolo repasando el briefing, chequear una vez más su equipo hasta que veas que la situación está controlada y tu compañero está más calmo. Si notamos que algo va mal lo mejor es dejar la inmersión para otro dia.

Durante la inmersión también podemos identificar posibles stress cuando notas la respiración acelerada de tu compañero, cuando mira el manómetro o el ordenador a cada instante, ojos como platos, inquietud, no prestar atención a las indicaciones. Estos son los síntomas que normalmente más rápido se notan.

Si esta situación se produce con tu compañero lo más importante es que el sienta que estas hay transmitiéndole tranquilidad y seguridad. Debemos parar, si posible podemos posar en el fondo o sujetarnos en una piedra o algo a nuestro alcance.

 Acercarte a tu compañero poniéndote de frente y mirándole profundamente a los ojos, hacer con que te mire para a calmarlo y que vuelva a respirar de una forma lenta y profunda evitando así un pánico mayor.

Si la situación de pánico es con uno mismo, respirar profundamente y lentamente e intentar relajar.
En ambos casos si tu compañero o tú notáis que no se pueden relajar ni respirar tranquilamente la mejor opción es abortar la inmersión ascendiendo lentamente.

En cualquier situación lo más importante es: 
Parar, respirar profundamente, pensar y actuar

Carlos Campaña