Se encuentra principalmente en las profundidades de los océanos más cálidos que rodean la región
del Indo-Pacífico y por lo general entre los 10 y 40 metros de profundidad; el nombre científico de este gusano es Eunice Aphroditois y puede llegar a ser una pesadilla para muchas criaturas marinas.
Este aterrador animal posee unas poderosas pinzas que son capaces de cortar su presa a la mitad y puede llegar a alargarse hasta tres metros de longitud. Este terrible gusano ataca a sus víctimas con un aterrador veneno (el cual también está presente en sus cerdas) que paraliza y pre-digiere a sus presas; para facilitar la ingestión de las mismos. Generalmente, los peces y los cangrejos son sus víctimas más comunes.
A menudo escondido debajo de la arena o de la grava del suelo marino, sus cinco antenas están expuestas y siempre alerta a los movimientos de las criaturas marinas que se encuentran por encima de la arena. Para detectar la presencia de una víctima, el gusano se extiende para poder atraparlo con sus dientes afilados, de una manera tan veloz, que prácticamente le queda imposible a la presa escaparse.
El poder de sus tenazas en tal, que en un ataque, puede llegar a partir a la presa en dos. Las cerdas que están presentes en su cuerpo ayudan en el movimiento y desplazamiento de este animal, que por lo general ocurre en la noche, y que además, también ayudan en la liberación de toxinas a sus presas a través de las picaduras. En los seres humanos, puede causar daños permanentes en los nervios, por lo que la parte del cuerpo humano que haya sido afectada, suele ser irrecuperable.
Por esta razón, Eunice Aphroditois se considera un gran terror de los mares!
Los colores de estos gusanos, van desde el marrón oscuro al rojo color oro, y además tienen unas impresionante irisaciones púrpura. Al igual que en muchas otras especies de Eunice, un anillo blanco o pálido corre alrededor de su segmento corporal sucesivamente.
De acuerdo con un informe dirigido por Hiro'omi Uchida, subdirector del Centro del Parque Marino de Kushimoto Kushimoto, Japón, una muestra de tres metros de largo fue encontrada escondida en una de las 120 boyas de amarre en una balsa en un puerto de pesca.
A continuación podrás ver esta aterradora criatura en acción, y si no te asustas lo suficiente, tan solo imagina que te pasaría si tuvieras el tamaño de esos pececillos: